miércoles, 8 de agosto de 2007

Empatía - Virtud y ejercicio- Primera entrega

Para comenzar esta serie de entregas sobre la empatía elegí un poema para reflexionar. Espero lo disfruten....Nos encontraremos luego para adentrarnos en el mundo de la empatía.

NO TE RIAS DE UN COLLA

No te rías de un colla que bajó del cerro,
que dejó sus cabras , sus ovejas tiernas, sus habales yertos;
no te rías de un colla, si lo ves callado,
si lo ves zopenco, si lo ves dormido.
No te rías de un colla, si al cruzar la calle lo ves correteando
igual que una llama, igual que un guanaco,
asustao el runa como asno bien chúcaro,
poncho con sombrero, debajo del brazo.
No sobres al colla, si un día de sol
lo ves abrigado con ropa de lana, transpirando entero;
ten presente, amigo, que el vino del cerro,
donde hay mucho frío, donde el viento helado rajeteó sus manos y partió su callo.

No te rías de un colla, si lo ves comiendo su mote cocido,
su carne de avío, allá, en una plaza, sobre una vereda, o cerca del río;
¿menos! Si lo ves coquiando por su Pachamama.
El bajó del cerro a vender sus cueros, a vender su lana,
a comprar azúcar, a llevar su harina; y es tan precavido,
que trajo su plata, y hasta su comida, y no te pide nada.

No te rías de un colla que está en la frontera pal lao de la Quiaca
o allá en las alturas del abra del Zenta; ten presente, amigo,
que él será el primero en parar las patas cuando alguien se atreva a violar la Patria.

No te burles de un colla, que si vas pal cerro,
te abrirá las puertas de su triste casa, tomarás su chicha, te dará su poncho,
y junto a sus guaguas, comerás un tulpo y a cambio de nada.

No te rías de un colla que busca el silencio,
que en medio las lajas cultiva sus habas
y allá, en las alturas, en donde no hay nada,
¡así sobrevive con su Pachamama!

FORTUNATO RAMOS

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